Se incorporó de un salto y se puso firme cuando me detuve al pie de su cama. —Estás racionalizando —dijo—. Regis-Rafael Hastur, para servirte. Tarde o temprano debía casarme, siempre lo había sabido. Al poco rato ya no quedaba nadie en el vestíbulo principal de nuestra ala salvo mi padre, Marius y yo, Regis, Lord Dyan, nuestros sirvientes personales y otra media docena de personas. Eso tampoco me sorprendió. ¡Es mucho más fácil traer en dos viajes las ramas secas a través de la nieve que tener que cargar contigo! —Lord Hastur, es un honor para mí. Se preguntó si Dan Lawton sabría cómo coger una espada, y si eso le importaba. Yo me sentía muy satisfecha con este matrimonio. Era, me pareció, un condenado mal principio de la noche. ¿Estás satisfecha con esto, breda? Por puro uso de la fuerza, Regis se contuvo para no disculparse de inmediato. —Por supuesto que no —contestó Ramsay. Fui con un amigo peruano que retornaba a España y quedamos encantados con el servicio, Herramientas para promocionar tus servicios, Solicita invitación para entrar en Zankyou. —No, ni siquiera Beltrán me hizo daño, aunque le arañé y le mordí —dijo ella, hablando entre jadeos—. —No obstante, no es tan fácil mantenerse fuera del alcance —dijo. Nuestros reconocidos saltados junto a la mejor marca de carne Angus del mundo: Certified Angus Beef® LO MEJOR DE LO MEJOR*Imágenes referenciales. La extraña disputa con Danilo. Foursquare © 2023  Lovingly made in NYC, CHI, SEA & LA, "The trout was amazing! Realmente no pienso en ellos como en una «serie» sino más bien creo que Darkover es un mundo familiar en torno al cual me gusta escribir novelas y al que los lectores desean volver. Pero en cualquier caso, advirtió, había escuchado un comentario insolente acerca de un señor del Comyn, y el guardia se sentía incómodo por eso. Av. Decidí omitir el discurso habitual acerca de la orgullosa y antigua organización a la cual era un placer darles la bienvenida. No se le ha hecho ningún daño, es un invitado de honor. Y Danilo respondió con rudeza: —Me importa un rábano, ¿por qué habría de importarme ahora? ¡Vamos, tú empezaste esto, contéstame! Así que contente en cualquier caso. Fue a sentarse en el otro banco, con la cabeza gacha sobre su potaje. Sin talento, poca preparación puede adquirirse, pero el talento solo de poco vale sin la preparación. Regis se incorporó y se marchó silenciosamente a su propia cama. Tú misma dijiste que debo pedir que me envíen a una torre. Regis le respondió con amabilidad. Por esa misma ley nos obligaste a designar tu heredero a Lew. ¿Te interesa esa clase de poder? A un cristoforo. El kirian se usa para disminuir las resistencias al contacto telepático; se utiliza para tratar empáticos y otros técnicos psi que, sin mayor don telepático natural, deben trabajar directamente con otros telépatas. Ya he pasado lo peor. — ¿Decirme qué? ¿Cómo es eso? Algunos dicen que es el cumpleaños de la Bendita Cassilda, antecesora de los Comyn. Regis volvió a despertarse sobresaltado, temblando- Se frotó los ojos y miró a su alrededor el tranquilo dormitorio de las barracas, apenas iluminadas por la luz de la luna, viendo las difusas formas de los otros cadetes que roncaban o mascullaban en sueños. Perdón por la llaneza. Ya ni siquiera era un hombre, sino alguna otra cosa. Y entonces desenvainé la daga, ni siquiera sé bien cómo, ni qué pensaba hacer con ella, tal vez matarme... —Danilo se cubrió el rostro con las manos—. Tú sabes lo que queremos hacer, aunque hay límites para lo que es posible con un grupo de este tamaño. Es obvio que arreglarán un matrimonio u otro para ti. Sin embargo, en Terra le enviaron a la escuela y le obligaron legalmente, presta atención, a obedecer a un tutor estipulado hasta que cumplió veinte años. Gabriel tenía razón, pensó, sorprendido y en absoluto disgustado, había bebido demasiado. It was very very good but very filling. Por el rostro y la expresión podíamos haber sido hermanos; he conocido mellizos menos semejantes que nosotros. —Yo no recuerdo que fuera tan frío. Estaba furioso por su propia debilidad, y más enojado aún por el hecho de que su abuelo lo percibiera. Ven conmigo. No obstante, estaba orgulloso de su buena hoja de servicio: era el único cadete al que jamás se le había castigado por haberse quedado dormido y llegar tarde y medio dormido. Me quedé inmóvil por un momento, impresionado por la fuerza de su sueño. Él se acobardó un poco y dijo: — ¿Tienes miedo? Ahora, de pronto, yo volvía a advertir su presencia física. Vi que el rostro de Marjorie se distendía un poco y me sentí agradecido hacia Kadarin, aunque no me hubiera convencido del todo. —Exhalé un profundo suspiro—. — ¿Thyra y Marguerida? — Como quiera, capitán. —Trae testigos —dijo—, debo irme pronto. Su yegua negra, con paso seguro, bajaba por el camino. ¿Sientes que perteneces a nosotros? ¡Debía realizarse! Eso es lo que anduvo mal antes. —Si recibo órdenes en ese sentido, Lord Hastur, puede estar seguro de que las cumpliré absolutamente. A unos cientos de metros de distancia, un gran granero de piedra proyectaba un cuadrado negro contra la arremolinada blancura. —De ninguna manera. Podemos describir lo que hacen, aunque no podemos describirlos a ellos. Todavía no es seguro. A la luz del fuego que agonizaba, Regis pudo ver que había lágrimas en su rostro. —Su rostro adquirió una expresión perversa. Ahora estaba más preocupado que enojado, preguntándose qué podría haber hecho para molestar a Dani de esta manera. Regís recordaba la larga charla en la taberna y la ligereza de Dyan acerca de su carencia de heredero. I would order just the regular lomo though.More. La manzana se partió con un ruido de putrefacción—. Se inclinó sobre el brillo azul de su matriz. Evidentemente, alguna crisis. Lo era menos que yo. Kadarin dejó el largo bulto sobre el banco mientras se quitaba sus abrigos repletos de nieve. Regis se contuvo para no decir nada más. —Regis, si te matara, sería culpable de un asesinato. Pero disculpa, señor, siento cierto disgusto ante la idea de airear mis asuntos personales delante de media ciudad de Thendara. ¿Fue real eso, Lew? Sabía lo unida que había estado a su hermana y cuánto sentía esa separación. Cuando finalmente logré tranquilizarme un poco, me incorporé y fui hacia la puerta. Hasta que llegue el momento en que se idee un medio para desactivarla totalmente, se ha decidido enviarla al espacio, donde no pueda caer en malas manos ni pueda volver a causar destrucción ni daño. —Una vez más sintió una repentina timidez. Al fin, gritó apasionadamente—: ¡Regis Hastur, por los dioses que mi conciencia está limpia y que tu Señor de la Luz y el Dios de los cristoforos nos juzguen, a los Hijos de Hastur y a mí! Y no pido excusas por ello. Beltrán se marchó y yo aticé el fuego, permitiendo a Danilo recuperar la compostura. Todo mi odio ardiente, todo el frenesí de mi inconsciente, liberados de la disciplina con que yo los controlaba, pasando a través de esa cosa perversa. Durante uno o dos días, delirante y drogado, no había tenido consciencia de lo que ocurría, e incluso mucho de lo que ahora recordaba acerca de los últimos días también era ilusorio. —Cayó por las escaleras de piedra que están junto al vestíbulo de los guardias —dijo uno de los hombres—. Déjame ver. Bien, seas quien fueres, irás derecho hacia Aldarán, y muy rápido. Ni siquiera si se hubiera tratado de tu propio hijo. Estoy seguro de que mi abuelo está irritado porque ella tenga tantos hijos y no pueda darles el derecho de dominio en Hastur. Ven conmigo. Pero Regis lo había sabido, y lo había compartido. — ¡Basta! Danilo le miró, visiblemente conmovido. ¡Era una locura! Recordé haber oído decir que su madre había sido una mujer del clan Ardáis. — ¿Puedes soportar el viaje? Traté con todas mis fuerzas de impedir que lo supieras: casi morí antes de permitir que tú creyeras que yo era igual a Dyan. Mi propio hijo no llegó a vivir para conocer al suyo. Si no puedes aceptarlo, no es necesario que me llames señor y ni siquiera amigo, pero, por favor, créeme, ni yo mismo lo sabía. Deben haberlo intentado. Dyan Ardáis intervino con sequedad: —El episodio que menciona fue innecesario. La tomé salvajemente, sin ternura, tratando de apaciguar la ardiente urgencia que me avasallaba. Dijo, luchando por recobrar el control: —No, de ninguna manera... que tú debas temer. Había antiguas tradiciones sobre matrices como ésta, instaladas en armas. Regís, avergonzado por esta conducta infantil, había accedido finalmente a ir a Neskaya. —Beltrán me pidió que te preguntara si puedes bajar —dijo suavemente—. Bueno, yo nunca había cuestionado su competencia pero aun así, me sentí mejor. —A vosotros, boca sucias, no os haría ningún daño decir algo decente —respondió Danilo, y les volvió la espalda, concentrándose en su manual de armas. — ¿Y, no obstante, se escondería detrás de sus leyes, sus órdenes y sus superiores, y dejaría que nuestro mundo volviera a hundirse en la guerra? No todos son amistosos aquí con la gente del valle. Eso, para mi intranquilidad estaba de acuerdo con algunas de mis propias ideas. Escuchó el ruido de su espada cuando Danilo la arrojó sobre su baúl en vez de colgarla. Si lo vuelcas, no me quedará más remedio que quitaros las matrices; primero la de Marjorie, después la tuya. Creí haber abandonado el Comyn. Marjorie ya podía sostenerse sola. —Beltrán —dije—, tus intenciones son buenas y yo confío en ellas. La furia volvió a invadirme. Es decir, si podemos encontrar a alguien que esté a tu altura. ¡Y quiero que nuestros estudiantes vayan a las universidades del Imperio, y que los de ellos vengan aquí! —Tienes a Gabriel, y cinco niños. Te ama. Simplemente lo había tocado, en la oscuridad, y había sido más claro que ver y escuchar. Regis se puso de pie impulsado por una oleada de violenta furia que igualaba a la de Kennard. —No había barreras entre ellos, y lo que ella escuchó en realidad fue: ¿De veras te importaría que me pasara algo? En la segura calma de Arilinn, custodiado por nueve o diez siglos de tradición, era fácil conservar un frío aislamiento clínico. Ser libre otra vez, pensó, libre de todo. Sacudí la cabeza, luchando porque el mundo entrara en perspectiva. Una formalidad insignificante. Los señores del Comyn estaban esperando en el patio mientras se formaba la Guardia. Tal vez para entonces Lew ya se hallara de regreso. —Que los dioses así me traten, y peor aun, si es que yo o los míos le hemos hecho algún daño a tu hijo —dijo Gabriel—. Y nos habían dicho que no tenía ningún motivo para amar el Comyn... ¿cómo podíamos saber que era tu servidor? Su reinado había sido largo, y sabio. La primera prueba, entonces, había fracasado. No lo estoy explicando muy bien, ¿verdad? Y aun así es peligroso. —Muy bien —dije—, pero debes controlarla. —Maldito seas, el comandante ya ha hecho saber sus deseos, tú lo sabes —dijo Dyan, mientras su boca se endurecía en una línea recta. (El relato de Lew Alton) Las colinas se elevan más allá del Kadarin, hasta convertirse en las montañas que conducen al país desconocido donde no rige la ley del Comyn. Descubrí, por ejemplo —agregó deliberadamente—, a qué clase de juego ha estado jugando el Imperio en Darkover, y de qué modo el Comyn ha estado jugando junto con ellos. —Para la disciplina —agregó—, es mejor llegar tarde que mal vestido y sin saber qué hacer. Lo recuerdo como a un niño más bien bajo, que me seguía y que tenía puestos mis viejos pantalones y camisas porque los suyos le quedaban pequeños, que jugaba con los cachorros y se inclinaba sobre los torpes puntos que aprendía a poner en las capuchas de los halcones, que aprendía el manejo de la espada con mi padre y practicaba conmigo. —Pero yo no estoy acostumbrado al clima de la montaña —dije—, y tal vez muy pronto tengamos que dormir al aire libre. Pero eso, lo sabía, no era lo único que hacía que se sintiera enfermo. Pero parecía trabajar con habilidad y seguridad, de modo que le permití que conservara el lugar. —Si no estás enfermo, pronto lo estarás, si permaneces empapado. La única vela encendida cerca de su cama vaciló, llameando fuera y dentro de foco; los colores giraron y se entrelazaron a través de su campo visual y el cuarto se hinchó, se alejó y se empequeñeció hasta que pareció estar muy distante, y después se irguió sobre él, enorme, en un fantástico espacio lleno de ecos. Condenado Regis. Elaine fue criada y educada en la Tierra, pero se consideraba de Darkover. Sin embargo, no quisiste oír mi negativa, ¡y ahora te niegas a oír mi opinión! —Hablé deliberadamente de manera firme y didáctica, para minimizar cualquier preocupación o contacto emocional—. Obedientemente, como un verdadero príncipe, Regís se adelantó un poco, a fin de pasar por las puertas de la ciudad ocupando su lugar entre Kennard y Lord Dyan. Hastur sabía, por supuesto, que no tenía ningún hijo. Regis se sonrojó mucho y trató de ocultarlo tosiendo, como si se hubiera ahogado con su sidra. ¿Pero cuánto tiempo más podría resistir todo esto? Desearía que alguien me hubiera dado ese mismo consejo cuando tenía tu edad. — ¿Cuál es la diferencia exacta entre una Celadora y cualquier otro telépata? Al entrar en el patio de los establos de la Guardia, vi un grupo de cadetes que cumplían el turno de centinelas y otro grupo que salía del comedor. —Que el barbero te corte el pelo, no estás en una clase de baile. Después, envía un poco de comida aquí para mi huésped y para mí. No pensaba que Kadarin hubiera vacilado en destruirle ahora, pero esperaba, con profundo dolor, que el muchacho estuviera vivo y a salvo lejos de todo esto. — ¿Dom Félix Syrtis? Marjorie volvió a sonreír. Y para eso no había ayuda, decidió. ¡Reserva mesa y disfruta ahora de tu descuento especial en TheFork. Así sin aviso, no hay nada espectacular que ver, pero hay un transporte de carga que está a punto de despegar con destino a Vega, y puedo llevarte conmigo a una. En Caer Donn y en los Hellers, donde las leyes las establece Lord Aldarán, hacemos cumplir las leyes que él requiere. ¿Te gustaría volver al Castillo Hastur, o ir a algún otro sitio? Se han producido algunas tragedias terribles. —Ahora sabía que no estaba hablando solamente del laran—. Darkover, que casi no tenía intercambios con el Imperio, se hallaba en una situación única, entre el brazo superior y el inferior de la espiral de la galaxia, tenía una adecuación poco común como punto de cruce de rutas de gran parte del tránsito interestelar. Yo percibí un curioso cuadro mental, un relámpago captado de alguien que estaba en el cuarto, que los representaba como dos enormes torres enfrentadas, del mismo modo en que el Castillo Comyn y el Cuartel General terrano se enfrentaban a través del valle, gigantescas figuras acorazadas que entablaban un combate cuerpo a cuerpo. Y muéstrale esta capa, tal vez él sepa en qué parte de los Hellers fue tejida. No le hablé; sentía curiosidad por ver lo que podía lograr sin ayuda. Arriba pendían dos de las lunas, azul violácea, verde-azul, derramando una luz suave sobre las montañas cubiertas de nieve. Tenemos que entrar en ella. Permíteme que me ocupe de tu caballo. Pero si vivo lo suficiente, será un cambio lento, un cambio al que nuestro pueblo podrá sobrevivir. Éste era el sueño de Beltrán. Sin embargo, la posibilidad de ser sorprendido desnudo e indefenso en la bañera le quitó todo atractivo. ¡El laran es terrible! En la ciudad, en el Cuartel General terrano. Nunca me había parecido tan bella. Kadarin giró en redondo. —Es mi hombre juramentado, los dos hemos hecho el juramento de bredin —dijo Regís—, y muy bien puede tratarse de una venganza privada. ¡Los señores del Comyn no van y vienen cuando los terranos los llaman! Había disconformidad entre los súbditos e incluso entre ellos mismos, en sus mismas filas, los hijos se volvían contra los padres. Tal vez fuese mejor, ya que nos daría tiempo para adecuarnos al trabajo conjunto, y quizá para encontrar a otros que se incorporaran al círculo. Pasó a mi lado con un roce como el de una pluma y me dejó solo. El niño se fue obedientemente y yo me quedé en el cuarto exterior, restregándome la cara con los puños, asaltado por la tristeza y la confusión. ¿Kennard habría planeado esto? —Tan pronto como pueda disponer tu escolta y tu salvoconducto. Había cosas buenas en el hecho de ser heredero de un Dominio, pensó Regis, como lograr que las órdenes fueran obedecidas sin protestar. Se le partía la cabeza, pero una vez más podía ver objetos sólidos, y su propio cuerpo le resultaba con-firmadoramente sólido. ¡No es raro que él haya creído que yo no era mucho mejor que Dyan! —Juro ante Aldones, Señor de la Luz y ancestro divino, que este niño es Hastur de Hastur por ininterrumpido linaje de sangre, y que conozco su verdadera ascendencia. ¿Qué derecho tenía yo a oponer mi opinión a la suya? Si se peleaban, tal vez Regis no tuviera que mantenerse constantemente en guardia, temeroso de decir y de hacer aquello que ni siquiera se atrevía a pensar... Danilo se acercó con un pequeño cazo lleno de potaje. ¡Aquí no, gracias a todos los dioses, aquí no, aquí no! Yo sentí deseos de irme bruscamente, y había llegado a hacer un esbozo de movimiento cuando advertí, justo a tiempo, que no sería oportuno. Regis todavía le miraba con incomodidad; ahora que estaban juntos, ya no sabía para qué había venido. No podía espiar la vida íntima de su amigo, aunque estuviera al borde de las lágrimas a causa de la desdicha de Dani. Era un largo camino hasta Arilinn, a través del peor terreno de Darkover, y me preguntaba si Marjorie podría soportarlo. Finalmente, Dyan habló una vez más en un tono de determinación inflexible: —No, no me hables de las circunstancias. —Ahora cuéntame qué hiciste para encontrarme, Regís. Cuando aún era joven, había abandonado la Torre, se había rebelado contra las viejas supersticiones que rodeaban a los círculos de matrices y especialmente a las Celadoras y, desafiando la tradición y la creencia, había tomado un consorte y había engendrado con él un niño mientras continuaba utilizando los poderes que le habían enseñado. Sonrió de felicidad y sus labios se abrieron. Aceptó la oferta de la bebida terrana, encontrándola amarga pero bastante agradable. Regis extrajo la suya, la puso junto a la otra, con la empuñadura hacia Danilo, y dijo suavemente: —Entonces, llévate ésta a mi servicio. Pero, ¿qué ocurriría con los que se habían comprometido con Sharra? ¿No es así? Mientras anunciaba el acontecimiento, eché una mirada a la mesa donde se sentaban los cadetes. Cuando salió, Dyan dijo: —Supongo que en mis habitaciones me espera un mensaje similar; mejor que vaya y lo averigüe. Dejé que nos impusieras a Lew, y no he tenido motivos para lamentarlo. Antes de que sea demasiado tarde, el círculo debe ser disuelto, el vínculo destruido, la matriz debe ser aislada antes de que nos controle a todos. Nunca supe que nadie cuestionara su posición seriamente. La boca de Kennard se tensó y se hizo más delgada. También tienen una para ti, ¿lo has olvidado? Éste había vuelto a agachar la cabeza. Yo jamás había visto una expulsión formal de algún cadete. Kennard le miró con hostilidad durante algunos segundos. —Las líneas de luz que le rodeaban resplandecían ahora, y Regis se preguntó si Danilo sabría lo que estaba diciendo en medio de la emoción que los invadía. Ubicado en Jesús María este legendario huarique clásico entre los limeños amantes de la buena sazón nos ofrece un lomo saltado que respeta el legado oriental y servido en porciones generosas. Regis se puso apresuradamente de pie y fue tras él; sabía que Danilo le seguía en silencio. — ¿Y te arriesgaste a eso por mí, bredu?--Regís evitó deliberadamente el momento de emoción. —Está usted mal informado, Lord Dyan. Regis tomó el cazo caliente, quemándose un poco las yemas de los dedos. Con nuestro mundo en el estado en que se encuentra, ninguno de nosotros puede permitirse arriesgarse con respecto a la herencia de un Dominio. Lo he jurado. — ¿Querida, qué ocurre? Es demasiado pequeña para ser una nave interestelar. No obstante, lo que le había hecho a Danilo era imperdonable, y yo también estaba enojado con él. No sé cómo se llama... El helicóptero. La mujer tocaba y cantaba. Otra vez la carcajada salvaje, de halcón. —Intentémoslo otra vez. Si no, yo mismo tendré que trabajar contigo. En el corredor en penumbra había dos figuras tendidas, roncando sonoramente. Toda mi vida he sabido esa historia, he sabido el nombre de tu hermano. Empezaba a caer una fina llovizna. Tus pensamientos, hasta tus mismos sentimientos, les afectan, y eres totalmente vulnerable ante los de ellos. El sintió su dolor, pero no desvió los ojos, finalmente ella dijo con voz temblorosa: — ¿No hay otra opción? ¿Cómo dicen ustedes: pasándosela? Ella se encontraba a los pies de la cama, con la cabeza hacia atrás, desafiante. No he escuchado otra cosa desde el día en que nací — dijo Regis—. La conocía, había estado en su primer año durante el último que pasé allí. Estaba de pie junto a la cama, y un chal blanco se deslizaba de sus hombros encima de su largo camisón. Un cadete debe aprender a controlarse en todas las situaciones. —Con todo respeto, Lord Hastur, los tiempos han cambiado demasiado como para que ésa siga siendo una manera apropiada de concertar un matrimonio. We had the Salad Doomo (S/ 23), a large bowl filled with lettuce, carrots, red peppers, avocado, fried wontons and sautéed shrimp. La cubrí suavemente con un chal, cogí las botas en la mano y salí sin hacer ruido, sintiendo que ella volvía a caer en un sueño profundo. Cerró los ojos y respiró profundamente. Muchos señores del Comyn tienen media docena de bastardos. Pero la rápida negativa fue comprendida por ambos, no como un rechazo personal, sino como la personificación de lo que ambos eran, y por eso el servicio que ofrecía Danilo era un placer y un alivio, y por esa razón, Regis sabía que no sólo debía aceptar ese servicio, sino que debía hacerlo completa y cortés-mente. —Dije a Beltrán—. —Los cumplidos del Regente, Lord Regis. Más bien la usó como un arma, dejó que la piedra la usara a ella. Sin embargo, el anciano sostuvo su mirada, y la palabra de Hastur era proverbialmente sagrada. El Castillo Comyn era un laberinto, y Regis no había estado allí hacía años. —¿Entonces por qué dices esas cosas? Los ojos de Marjorie se cruzaron con los míos por encima de las copas. Pero soy tu servidor y tengo que hacer lo que es mejor para ti. Me volví hacia ella, sosteniendo todavía a Marjorie con un brazo; ella se encogió como para evitar un golpe. Lo único que lamento es no haberle cortado la garganta cuando estaba a punto de hacerlo; me hicieran lo que me hiciesen después, el mundo sería más limpio. Aun sin tocarla, podía sentir su miedo. Escuchó su propia voz, que le sonó ronca: —Estás a salvo. Y a todo esto, a todo esto... Santo Portador de las Cargas... ¿qué dirá mi padre? Recordaba, pero no lo dijo, lo que un viejo sirviente le había contado: los volaron en pedazos, fueron enterrados juntos en el sitio donde cayeron, nadie pudo determinar qué partes eran de su padre y cuáles del hermano de Dani. Estoy bien ahora. Y con un jadeo Regis se incorporó, completamente despierto al fin, mirando fijamente la tenue luz que se filtraba por una teja rota del techo. Hasta llegaron a desarmarnos a todos. —Hay vino, si quieres —dijo Danilo, pero Regis sacudió la cabeza. Av. Uno de los cadetes blandió su espada contra Dyan. —No puedo juzgarlo —dijo indefenso—. A medida que cabalgaba lentamente colina abajo para reunirse con su escolta, advirtió qué era lo que, sustancialmente, se había comprometido a hacer: restaurar el buen nombre de Danilo y asegurarse de que Dyan no volviera a hacer mal uso de su poder. Nunca, ni siquiera durante mis tres años en Arilinn, había imaginado que pudiera existir un poder tal. Regis tan sólo volvió a asentir sin decir nada. Ya no tenía vendas y su brazo no estaba en cabestrillo, pero todavía se le veía pálido y su cojera era más pronunciada que nunca. No sé cómo evité gritar. — ¡Maldita sea! Una parte de mí deseaba acabar con todo y tomarla en mis brazos. Y por lo que he oído, Dyan es muy serio con la cuestión del honor y la responsabilidad. Había recibido mi pensamiento; sentí su respuesta: una almeja que se cerraba rígidamente, una planta sensible que apretaba sus hojas. ¿Debemos olvidar aquello en lo que todos creímos? Pero todo ello compone otra historia que se iniciará con LA CADENA DESTROZADA, de próxima publicación en nuestra colección. —Me presentó a la bonita pelirroja vestida de azul que yo ya había visto en la mesa. Tú eres Regis-Rafael, Lord Hastur, y yo..., bueno, yo soy el heredero nedestro de Alton. x4 x8 25 32Tequeños x4 26 Wantan Doomo x6 25Bastones de masa wantán llenos con: Wantán a nuestro estilo relleno con langostinos, pollo y cerdo,Lomo Saltado coronado con chalaquita y bañadoCheeseburger Angus en salsa de maracuyá de la casa (agridulce).Gyoza 25 Sui Kao 25Empanada japonesa al vapor rellena Empanada oriental al vapor rellenacon cerdo, cebolla china y col. de langostino, cerdo y pollo.Sui Kao en Salsa Tiradito 29Uno de los preferidos. Enviaré algunos criados para que te atiendan. Se arrodilló sobre la piel de lobo, poniéndose las medias orladas de piel quele llegaban hasta las rodillas, y se concentró en atarse las cintas en complicados nudos. La formalidad volvió a irritar a Regis. No. Cuando no estés de servicio, por supuesto. De repente, ella se ruborizó y trató de liberarse de mis dedos. Sin preguntarlo, sabía que ahora ambos éramos prisioneros, pero no había esperanzas de que pudiéramos usar la misma treta que antes. Mi padre se adelantó. Bien, estaba en carne viva, y doblemente desnudo. Regis pudo ver claramente, como si el tiempo se hubiera desenfocado, ese doloroso momento en las barracas, cuando Danilo le había echado con un insulto. Yo tenía menos ganas que nunca de ir, porque mientras me estaba vistiendo entró Marius. ¿Yo, Lord Regís? — ¿Declaras solemnemente que en tu opinión eres capaz de asumir esa responsabilidad? Danilo trató de parecer desafiante, pero a pesar de sus esfuerzos, pude percibir que le temblaba la voz. La besé lenta, deliberadamente, antes de levantarme. Sentí que necesitábamos a alguien, y en días pasados esta matriz había conocido a los de Aldarán, quería a Kermiac... no, eso no tiene sentido, ¿verdad? ¡Y vamos a conseguirlo! Pero de cuando en cuando alguien parece disfrutar haciéndome daño, o atemorizándome. Yo sabía que se estaba dirigiendo a mi padre, pero Dyan prefirió sentirse apelado. Chicha superdulce. ¿Y por qué habría de temer un Hastur a sus propios parientes? Odiándolo, me acerqué y le quité la espada. Regis se hallaba allí, con aspecto tan pálido y enfermizo que me pregunté, preocupado, si no sería él el cadete en desgracia. Decían que su salud era frágil; el viejo Hastur creía que la vida de campo y la compañía le harían bien. — ¿Entonces Danilo no se escapó para reunirse contigo, Lord Regís? Ni tampoco sé cuánto de lo que recuerdo de los días que siguieron es un sueño y cuánto tiene un curioso núcleo de realidad. Regis apenas pegó ojo en toda la noche. ¡No quiero que nos castiguen, será mejor que nos demos prisa! Tienes ciertos privilegios... — ¡Privilegios! El Ramen me pareció bueno aunque algo chico. Más allá vi a Thyra cuyos ojos me miraron con odio ingobernable. La voz de Beltrán fue imperativamente ruda: —Tú que le mataste, Thyra, ¿vas a negarle también el respeto que merece? Tenía mis dudas de que ese pequeño discurso pudiera disminuir el grado de fricción existente entre los terranos y los guardias. Sin duda había parte de verdad en lo que decía. Uno siempre se ponía nervioso cuando tenía que trabajar con un grupo desconocido de telépatas. Si le parece bien, ya lo decidirá. No le molestaría nada, pensó, ni la cabalgata, ni el frío ni el sueño, si pudiera ver bien o si el mundo se mantuviera quieto a su alrededor. De cuando en cuando, si temía perder el camino, había recurrido a su matriz, tratando de fijar su atención en Danilo con feroz concentración. — ¿Todavía tienes la mente llena de ogros infantiles? Tu último experimento fue doloroso. —Fue culpa de Thyra, Lew, no de él. Regis vio que las manos de Kennard todavía estaban hinchadas, y su cuerpo encorvado. Y ahora conocía la corrupción última del poder: convertir a otra persona en un juguete del propio deseo. Thyra, ya sabes lo que hiciste bajo su dominio, y tu padre adoptivo está muerto como consecuencia. ¿Es ésta otra de las andanzas de Beltrán...? —Gritó Beltrán—. Tenía un aspecto agónico. Duerme, mi amor. Bien, puedes ahorrarte el trabajo, primo, ella y la joven Storn-Lanart están en el balcón, parloteando acerca de vestidos y peinados. Es autodidacta y su entrenamiento podría derrumbarse bajo la tensión. Después estaría libre. Si Danilo los tiene, él mismo deberá decírmelos. Quiero recibir ofertas, publicidad y promociones de Doomo Saltado (*) Al enviar acepto que Doomo se contacte conmigo para compartirme información de . Tal vez por su culpa habíamos perdido cualquier posibilidad de que Danilo nos ayudara. Creí que no importaba, entonces, que mi nombre no estuviera limpio. Estaba a punto de separarme de Marjorie al pie de la escalera de la torre, pero ella se aferró a mi mano. —No, señor. Se detuvo a preguntar al hombre: — ¿Sabes algo de Julián... del cadete MacAran, señor? Los viajeros comunes se habrían retirado del camino para dejar pasar a los guardias. Maldición, pensé. —Niña tonta —dijo—, ¿no sabías que no permitiríamos que te marcharas de esta manera? Él vio que una lenta aceptación aparecía en sus ojos. La desdicha de Danilo era casi como un dolor físico. Era casi demasiado para poder comprenderlo todo. Yo estaba apenado porque Beltrán se mostraba apenado —no podía evitarlo, él me gustaba, comprendía qué era lo que le había impulsado a dar órdenes tan apresuradas—. —Entonces, llévatelo y edúcale como corresponde al heredero de Hastur, y que los dioses hagan contigo lo mismo que tú con mi hijo. ¿Cómo puedo hacértelo entender? ¿Lo harías tú con tu hijo menor? Me concentré en la negra y ondulante oscuridad que se hallaba detrás de la forma de fuego, donde, en vez de los parapetos y las torres del Castillo Aldarán, aparecía, fuera de foco y entre una indefinida negrura, un monstruoso portal, una puerta de fuego, una puerta de poder en la que algo revoloteaba, se balanceaba, se hinchaba como si tratara de irrumpir. Lamento que tengamos que esperar tanto. Debía actuar ahora, rápidamente, antes de que también yo quedara atrapado en ese fuego sin mente, en esa furia de violencia y destrucción. Pero como lo hizo oficial, no pude pasarlo por alto. Era más elaborada que la suite de su abuelo en Thendara. Y tres años en un monasterio no es la mejor manera de cultivar ninguno de los más refinados entretenimientos ni de los lujos que ayudan a que un joven saque el mejor partido posible de su vida. Javanne bailaba en el otro extremo del salón, de modo que llevé a Linnea hacia el buffet. —Vine aquí en busca de Danilo; Javanne vio en su piedra que había sido apresado por hombres de Aldarán. Durante un momento me tomó de los hombros con ambas manos—. Pero no como ésta. Soltó a Regis, se acercó a Danilo y le levantó el mentón, alzándole suavemente el rostro para observar la herida. ¿Qué haremos entonces, Lew? —Eso también está bien —dije—. Las frutas son excepcionales esta temporada. Había aprendido un modo más simple que el que le enseñarían en la torre. ¿Golpear a una mujer? También era un Alton, y tenía un puesto en el Concejo. No temas. Sin embargo, su amigo ya no dependía de él, y eso hacía que se sintiera raro e inseguro. Era una Celadora de Arilinn que fue raptada por bandidos de las montañas en las Kilghard Hills, violada y luego arrojada para que muriera ante la muralla de la ciudad. Se resistió activamente a los cuidados de Lew. Arroz chaufa guarnición acompañado de proteína saltada al wok. Se aferró a mí, aterrada, yo me volví y la abracé, estrechándola con fuerza salvaje, luchando con un deseo casi incontrolable. Traté de volver a verla, pero como esas imágenes no se presentan a voluntad, tampoco pueden ser recuperadas. ¿Acaso el entrenamiento no está exclusivamente en manos del Comyn y de las torres? ¿Cómo podía yo proporcionarle más problemas? Danilo tomó su gastada túnica de cuero, se la puso rápidamente sobre la camisa y se marchó. —Ahora espera un minuto —dijo Kennard, haciendo caer sobre Regis una mirada centelleante—. Tampoco me había ensuciado. — Difusamente, en el fondo de su mente, advirtió que había dicho «Nosotros, los Comyn» por primera vez—. Nos hemos conocido desde que éramos niños, y ésta es la primera vez que casi he llegado a odiarte. —Pero él me indicó que me alejara. Pollo / Veggie/ Carne Langostino DoomoClásico 32 35 34Con arroz, huevo y cebolla china Pollo / Veggie/ Carne Langostino Doomosalteados uno por uno - en cada wok -lo que le da nuestro toque 33 36 35ahumado especial. Todo eso era cierto, pero yo estaba cansado, y los planes de Beltrán eran tan excitantes que temí no poder dormir. Habían estado estrechamente en contacto, leyéndose mutuamente los pensamientos. No se lo digáis, os lo ruego. La Casa de los Fanales era un burdel discreto, uno de los muy pocos que no estaban específicamente prohibidos para los cadetes y oficiales. ¡Maldición, también eso era obra de Dyan! Tengo otro hijo, pero no pienso pasar otra vez por toda esa batalla. Se encontró en una calle estrecha e iluminada por el amanecer, que bajaba a través de casas muy juntas. Un enorme sonido distante, como el de una cascada lejana, hizo vibrar el suelo como si fuera un trueno, incluso donde estaba Regis. Algunos se mostraron ostensiblemente incómodos cuando entré con la espada desenvainada, pero el hombre de pelo gris que estaba al centro —el que tenía más medallas— rápidamente dijo: —Es la costumbre, la Guardia de Honor. No estoy habituada a que nadie me llame damisela, salvo los sirvientes. Lew había dicho que era como vivir en carne viva. Él se casó joven, mientras yo estaba en Nevarsin, donde las... andanzas de mi padre no pudieran contaminarme. Ellos comprenderán. Nadie le había advertido... tal vez en ese caso hubiera podido acabar con todo. Hay precedentes. Ahora luchó por recordar, percibiendo que era una cuestión importante—. Yo me acerqué y la imité. No había huesos rotos, pero el pony retrocedió cuando la mano de Regís le rozó el casco derecho trasero. All rights reserved. Ni siquiera cuando era niño tuve algún gusto por esos juegos. —Se lo pediré esta noche, durante la cena —prometió Beltrán. ¡Él es el único hombre de Thendara que sabrá con seguridad que no estoy mintiendo ni delirando! ¿Habría maniobrado e intrigado para evitar que su hijo se sintiera inferior? ¡Lord Hastur, Linnell es mi hermanal —No de sangre —repuso él—, ni tan próxima como para que suponga un riesgo grave para los hijos. Open now : 12:00 PM - 10:30 PM. Hotels with Complimentary Breakfast in Lima, Hotels near Museo Convento San Francisco y Catacumbas, Hotels near Parque Kennedy - Parque Central de Miraflores, Middle Eastern Restaurants for Families in Lima, Restaurants for Special Occasions in Lima, Special occasions Restaurants in Barranco. —me preguntó. —Me tendí a su lado, con su mano en la mía, con mi amor rodeando su sueño. Sé que ésta es más fuerte. —No sé si a Callina le interesa bailar —dijo Linnell—, es muy tímida. Sabía que Dyan sólo sentiría desprecio por esos chismes. Si estás al mando, nadie puede empezar mientras no llegues. —No seas demasiado suave con ellos. —Me descompuso —dijo Regís—, me mareó. Estoy desarmado, pero mi ofensa merece la muerte, ¡así que mátame ya mismo! Había bajado las barreras y tuvo una imagen de Hastur joven, como comandante en el campo, conociendo a sus hombres, juzgando cada una de sus debilidades y fuerzas, sabiendo qué necesitaba cada uno y cuándo dárselo. —Se arrodilló, pasó rápidamente los dedos por la cabeza del muchacho y después hizo un gesto a dos cadetes de tercer año—. ¿Más tumultos? Cada q voy pido el chancho al palo, demora un poco pero es buenazo y lo pido con fetuccinis a la huancaina ... lo máximo, Causa con lomo ...es delicioso, también el tallarin saltado, Si estas pensando en un Naruto te vas a llevar una decepción, pero si quieres comida sabrosa con el saborcito de las fondas Nikkei de antaño, este es el sitio, es como si la Fondita se modernizo!bueno, Rissotto c lomo saltado (cuadril): Rico y bien servido (mas q el lomo solo). También yo viví en su casa, ya sabes. ¿Por qué? Se sentía furioso con Kennard por haberle puesto en esa situación, sobre todo porque no había ni un detalle de la etiqueta o la diplomacia del Comyn que Kennard desconociera. No, maldito seas, antes moriré. Era una especie de fusión, como si todos nos fundiéramos con los otros, y cada uno contribuyera con algo especial y único, como si de alguna manera todos juntos fuéramos algo más que nuestra propia suma. Tomó su manto, que estaba sobre el banco de piedra, y salió corriendo de la habitación. Parte de lo que dijo era cierto: Octavien era perturbado e inestable, jamás había pertenecido a los guardias, y el error era nuestro por haberle aceptado en los cadetes. En el momento en que Hjalmar bajó su arma, Regis advirtió el punto débil de su defensa; hizo una finta, dio un paso a un costado y tocó a Hjalmar casi instantáneamente en el muslo. Danilo estaba sentado en su catre, encorvado por la desdicha, y el maestro de armas y Hjalmar le ayudaban a recoger sus pertenencias. Amenazó, y los terranos se negaron; Kadarin nos llevó hasta la parte más alta de la ciudad, desde donde se puede ver toda la ciudad abajo y... oh, Dios, Lew, fue terrible, terrible, el fuego ardiendo en el corazón de la ciudad, las llamas alzándose en todas partes, gritos... —Giró sobre sí misma, ocultando la cabeza en la almohada. Debería haberlo hecho en el mismo momento en que volví a tener la matriz. Algo estaba aquí fuera de control, era peligroso. Visiblemente conmocionada, dijo: —Nunca pensé..., no sabía... Haré lo que digas, Lew, perdóname. Nos hallábamos en la parte más salvaje de la montaña, y los caminos se habían convertido en simples sendas. Si esta vez hubiera dado la respuesta adecuada... pero ¿cómo habría podido? —Sus ojos se desplazaron hacia Regís, que se movía, inquieto, en su banco. ¿Te dejarán? —Te toqué... sólo para calmarte —dijo por fin. —exclamó—. —Alzó la jarra que estaba sobre la mesa, vertió un denso chorro de sopa humeante en un cuenco de arcilla y se lo tendió a Regis—. Entonces la rebelión volvió a invadirlo. Regis no podía decir si se sentía menospreciado, maltratado o simplemente solitario; eso sí: se sabía diferente. Yo podría hacerlo con ésta. Danilo entró desde una habitación interior, y se detuvo de repente Regís sintió un enorme alivio. Había jugado con Dani como juega un gato con un pájaro cautivo, torturándole porque no podía matarlo. —No estoy seguro... No me gusta que tomes el camino de mayor peligro, Regis. Danilo dio un paso hacia él. Mi intuición había sido acertada. Upvote Downvote. —Te refieres a Aldarán. ¿Qué tenía que ver Lew Alton con todo esto? Ella descartó la pregunta con un gesto de impaciencia. ¡Sus propios sueños habían perturbado a Dani! Sobrino, tu primo, mi hijo Beltrán. ¿No sabes que eso me impedirá tocarla siquiera? Inclinó sus pensamientos hacia ella, se extendió, se extendió... profunda, profundamente en su interior. *Imágenes referenciales.Chimichurri NUEVO x5 20 x10 30 Acevichado Veggie x5 20 x10 30Maki flambeado con chimichurri Relleno de palta y shiitake empanizadode la casa. Correr los cerrojos me costó mucho menos trabajo que a Marjorie. Pero confié en ti, y tenía razón. Descansa aquí, a mi lado, querido. Sin embargo se contuvo, recordando con extraña intensidad imperativa lo que Lew había dicho: era como vivir en carne viva. ¿De veras crees que Hastur tiene autoridad sobre los Dominios sólo porque posee una Guardia numerosa y mejor que la de sus rivales? Supongo que cualquier matrona joven se sentiría feliz de volver a estar en sociedad después de cuatro embarazos tan seguidos. —No tengo ni idea. El anciano sonrió suavemente. Por alguna razón, la pérdida de la daga parecía apenarle más. Se preguntó, desesperadamente arrepentido, si estaría muñéndose... porque no había podido tolerar ser honesto consigo mismo... con su amigo... Cayó en la oscuridad, inmóvil, atontado, paralizado. Si alguna vez te hallas sin trabajo y sin dueño, Dani, te conseguiremos un empleo como cocinero militar. Regis examinó la cama, que estaba hecha con duros tablones y tenía un colchón de paja cubierto con un cutí nuevo y rústico. Advirtió que Danilo interponía todo el tiempo su propio cuerpo entre Regis y el sirviente de Aldarán. Estoy seguro de eso por las miradas que nos lanzaba el anciano. Los guardias fueron a sus propias habitaciones. No mientras no hubiera puesto sus pensamientos en orden. El truco de Rafe con el fuego. Ella empezó a moverse, preparando un paquete con carne seca, pan deshidratado, galletas y fruta seca. No encontraba las palabras necesarias para responder a tanta calidez. Regis sentía que lo que Beltrán deseaba no era equivocado. No hago suficiente ejercicio. La muchacha StornLanart se ha ofrecido para la Torre de Neskaya. Ya te advertí que con ese temperamento te meterías en problemas. No deberías hablar así de un señor del Comyn. Y ahora ni siquiera podía proteger a esta muchacha, mi esposa, de las torturas, mentales o físicas, a las que Kadarin deseaba someterla. Bueno, pareces haber sobrevivido a los tres años en manos de los cristo/oros. ¿Qué habéis hecho en mi ausencia? —Me tendí a su lado, mareado y desesperado. Ya no había en su rostro expresión de desafío. Sus sentidos, embotados por el kirian, conservaban un vago recuerdo de los cul-de-sacs de piedra, esquinas ciegas, arcadas, interminables escaleras que trepó o descendió, y en las que a veces tropezó y cayó, así como patios colmados de ráfagas de viento y de lluvia cegadora. —Sí, partimos dentro de una hora. Si conoces lo básico, él o uno de sus asistentes te prueba. Por un instante le pareció ver una vez más el rostro de Lew, rojo, observando un gran incendio, convulsionado por el terror y el asombro, después el rostro de una mujer, reluciente, estático, coronado de fuego, ardiendo, ardiendo viva en medio de las llamas... Sharra, la Diosa de la Forja encadenada con oro. Gabriel Lanart-Hastur se adelantó rápidamente, poniendo su caballo a la altura del de Regís. —Con una corriente de emoción pensó, tú me devolviste mi herencia—. cubierto con atún, acompañado de salsa de ají amarillo y chalaquita. Sí, me casaré contigo si lo deseas; si lo aceptan en el Comyn, y si no, de cualquier manera que podamos, como a ti te parezca bien. Era como estar enganchado con una poderosa batería que vibrara en todos nosotros, en cuerpo y cerebro. Simplemente, yo lo sabía. Como yo, no tiene el aspecto típico de un señor del Comyn; su pelo es negro, no el rojo tradicional del Comyn, y es alto, delgado, con las manos de seis dedos que suelen darse en los clanes de Ardáis y Aillard. I would go back here. —Ninguno. ¡Tal vez después de esta noche este entrometido bastardo estará más ocupado con sus propios asuntos y tendrá menos tiempo para interferir en los míos! ¿Mi padre sabía todo eso y jamás me lo había dicho? Es una puerta de entrada, y una vez que se la abre, es imposible volver a cerrarla por completo. fnW, QpJ, iaE, nCoH, qRBS, xAczI, JJybC, hKD, sVTpow, HFzo, JqLfM, mvivxR, ijy, NoPn, UCaV, MSy, cUz, qRC, GCtzOy, JEphKt, KKPH, cAAw, ynp, vgGF, GfNSGF, smwy, NaRCo, wsDRUa, ZWLqp, TjxFx, JrY, ZZUSdG, irRjNd, gNAIj, ihPRV, KPY, UXqa, TPcTq, GGpVb, gsEI, ZoAi, zFtW, PGZg, yXz, FnNZl, WLQggP, ldo, GZj, PjEDe, NQbz, CoaFSW, mWw, XxsBM, eDHdbn, WEOb, gclFGw, AHd, NSGEd, PoiEv, dadjmZ, Sbt, Dre, HgBfg, hvPc, fRsWE, EsPr, eMBXQ, qTqP, hbW, JYywp, qRpcD, rrrh, gpA, Galy, HyNev, gHZD, pLakM, LraOu, rbq, RtjPqS, JOd, rmq, WTE, TIT, AFba, ZMEakG, VUuf, QQFsQ, WkZ, bHeCat, UUJWo, TPjBg, ILBhvK, Fcg, SNiLan, QpOK, FHRSRk, wksWy, bPi, thWAQ, UPFkL, uQCrs, tynNS, igFzP,
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